celebraban mis padres su enlace nupcial.
Pasados 25 años de esa fecha quiero manifestarles mi alegría y felicitación por ser yo el primer fruto del sacramento del Matrimonio. Siempre me ha parecido providencial el hecho de haber nacido en un hogar cristiano en el que los padres llevan los nombres de la familia de Nazareth: María Julia Renderos y José David Alvarado. Ellos se han encargado de hacer de Jesús el centro de nuestro hogar al infundir en sus hijos un verdadero espíritu de oración, la familiaridad con los sacramentos y el sacramento que más aprecio: la vivencia familiar. Somos seis hermanos nacidos de este matrimonio, todos fruto del amor de dos esposos y de la voluntad de Dios que quiso usarlos para continuar con la obra de la creación.
Gracias por su apertura a la vida. Por sus consejos, sabios como los de la Biblia, sin ellos el camino hubiera sido más duro. Dios sabe cuántas veces han sido el faro en mi navegar por la vida.
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